4 tipos de violencia silenciosa que quizás no conocías
Cuando hablamos de violencia, es muy común imaginar, al menos en primera instancia, una situación de maltrato físico. Tan arraigado tenemos ese concepto que durante muchos años se denominó al asedio que trasciende el límite corporal como el único que genera repudio. Afortunadamente eso está cambiando.
La violencia psicológica puede provenir de cualquier persona y tiene diversas formas de expresión. Son tantas que algunas son explícitas y otras se esconden detrás de una máscara de amabilidad y cortesía, pero las dos son acciones de sometimiento en las que una de las partes impone una postura lesionando el derecho ajeno de poder expresar una opinión personal tan válida como cualquier otra.
Es el control de acciones, comportamientos, creencias y decisiones a través de la manipulación consciente e inconsciente, intimidación y hasta humillación, causando un daño real en la salud emocional de quien lo padece.
Rebecca Solnit, autora del libro Los hombres me explican cosas, escribió “Estoy agradecida, después de que me silenciaron, a veces con violencia, durante mis primeros años de vida, de haber podido desarrollar una voz…”
El alcance real de la violencia verbal
“Piensen cuánto tiempo y energía tendríamos para dedicarnos a otras cosas que importan si no estuviésemos tan ocupadas en sobrevivir…” R. Solnit
Uno de los retos más importantes que tenemos como sociedad es entender que la violencia sin contacto no es menos dañina. La agresión no física hiere, no sólo emocionalmente, sino en el cuerpo de quien lo sufre.
Suele hablarse de este tipo de dominación psicológica como uno de nivel menor, un mal evitable que deberíamos erradicar, pero no con la urgencia del rigor corporal. Este primer error en la comprensión de esta problemática tan grave debería ser el objetivo inicial a superar para comprender su peligro real.
La depresión, ansiedad o ataques de pánico que ocasiona la agresión psíquica son el primer paso a trastornos físicos, como abuso de sustancias psicoactivas o de drogas y alcohol que pueden derivar en violencia física, dificultades económicas y hasta la muerte de la víctima.
4 nombres de dominación no física
“él pensaba que ser tratada con condescendencia es una experiencia que una mujer elige tener…” R. Solnit
Mansplaining
Es un tipo de comunicación que tiende a ser unidireccional, en el que una de las partes le transmite a la otra determinada información en todo de “verdad indiscutible”. En casi todos los casos que incluye, es de un hombre hacia una mujer con tono condescendiente y paternalista.
“Como no sos capaz de verlo, te voy a contar cómo deberías manejarte en esta situación que evidentemente te está superando. Lo hago por tu bien…”
Gaslighting
Es el relato de un pasado que jamás existió. La palabra proviene de la película Gasligth, en la que a la protagonista intentan cambiarle su percepción de la realidad mediante manipulaciones de su pasado. Este tipo trampa psicológica es la expresión de un abuso en el que una parte intenta hacer creer a la otra que los hechos que relata sucedieron tal y como son transmitidos. El objetivo final de este micromachismo es el cambio de sus recuerdos para modificar la conexión con su propia memoria.
“Lo que decís nunca pasó. Esas palabras jamás salieron de mi boca. Como siempre, estas cambiando las cosas en tu cabeza…”
Bropiating
Es un tipo de violencia intelectual en el que una persona se apropia de las ideas creativas de otra, reargumentando su estructura para adueñarse del contenido. Esta acción se inicia desde el género masculino al femenino y se acciona menospreciando la generación de un razonamiento para tomarlo como propio.
“No es del todo correcto lo que dice, sugiero que a esa idea parcial le sumemos mi aporte y mi experiencia para que realmente tenga sentido el proyecto…”
Manterrupting
Es un proceso de violencia en el que se tapa el discurso de una mujer con otro de un hombre. El objetivo es desacreditar la exposición ajena y dominar la conversación con argumentos impuestos mediante la fuerza.
“Basta, dejá de hablar, decís un error atrás del otro. Yo te voy a decir cómo son las cosas…”
La importancia de respetar todos los espacios de opinión
“El lenguaje es poder (...) El poder de las palabras se puede usar para enterrar los significados o para sacarlos a la luz” R. Solnit
Los intercambios de ideas, la reflexión sobre otro punto de vista, los análisis conjuntos y sobre todo el respeto por una postura diferente, es sin dudas el proceso más rico de construcción que pueda crearse en un diálogo.
En la igualdad de género y en las buenas costumbres de un ida y vuelta de convicciones se forjan conceptos, se rompen los límites y se consolidan proyectos, pero para lograr ese equilibrio en una conversación debe haber consensos. La falta de códigos para intentar romper el argumento distinto al propio no solo es un acto de violencia, sino que atenta contra las propias ideas, que dejan de tomar lo mejor de una visión divergente. En palabras de Solnit, “Tener derecho a mostrarse y a hablar es básico para la supervivencia, la dignidad y la libertad…”
Contenido validado por el Equipo de Auditoría Médica de OSDE.
Referencias
Organización Mundial de la Salud
Rebecca Solnit, Los hombres me explican cosas, 2019