Cáncer de mama: la importancia de los controles a tiempo
El cáncer de mama es el más frecuente en mujeres a nivel mundial. La Dra. María de las Mercedes Dabat (M.N. 70283), especialista en medicina interna y general, explica por qué los chequeos periódicos son fundamentales, qué estudios se recomiendan según la edad, y qué mitos aún persisten en torno a la enfermedad.
¿Por qué es tan importante la detección temprana del cáncer de mama?
Detectar el cáncer de mama en estadios precoces puede implicar la cura en un alto porcentaje de los casos. Además, permite tratamientos más conservadores, mejor tolerados y con mejores resultados. Sin embargo, muchas mujeres postergan los controles por miedo: algunas temen perder su femineidad, otras se sienten vulnerables frente al diagnóstico. Pero la realidad es que cuanto antes se detecta, mayores son las chances de recuperación y sobrevida.
¿Cuáles son los estudios recomendados para su detección?
Depende de la edad y el perfil de cada paciente. En general:
- A partir de los 40 años, se recomienda realizar una mamografía anual como estudio principal. La ecografía mamaria puede indicarse como complemento, pero no la reemplaza.
- En mujeres menores de 40 años, el médico puede solicitar una ecografía mamaria, que es el estudio más adecuado en esta etapa.
- Si hay antecedentes familiares directos, los controles deben iniciarse antes, por lo general a los 30 años, aunque será el médico de cabecera quien indique el estudio y la frecuencia más adecuada (ecografía o mamografía).
- El autoexamen mamario es un complemento útil, pero no reemplaza los estudios por imágenes. Se sugiere hacerlo de forma mensual, en el día 5 o 6 post menstruación, o elegir una fecha fija si estás en la menopausia.
¿Qué factores pueden aumentar el riesgo, además de los antecedentes familiares?
Si bien el 20 % de los tumores mamarios se asocian a alteraciones genéticas hereditarias, hay muchos otros factores que pueden incidir:
- Sobrepeso u obesidad
- Falta de actividad física
- Tabaquismo
- Consumo de alcohol
- Edad temprana del primer ciclo menstrual o tardía del primer embarazo
- Uso de ciertas terapias hormonales en la postmenopausia
Estos factores no deben generar miedo, sino ser una motivación más para mantener hábitos saludables y realizar los controles médicos con regularidad.
¿Qué impacto tiene el diagnóstico temprano en el tratamiento y la recuperación?
Un diagnóstico precoz mejora significativamente el pronóstico. Según la Sociedad Americana del Cáncer, la sobrevida es del 91 % en general, y del 99 % en los casos localizados. Además, cuando la persona tiene una buena salud general y hábitos de vida saludables, la recuperación es más rápida y el tratamiento se tolera mejor.
¿Qué mitos o creencias equivocadas siguen existiendo sobre esta enfermedad?
Lamentablemente, muchos:
- “El que busca, encuentra”
- “La mamografía puede activar el tumor”
- “Si me operan, no me van a querer igual”
Estos mitos generan miedo y postergan los controles. Por eso, es importante hablar, informarse y desnaturalizar esas ideas. Cuidarnos también implica romper con prejuicios.
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¿Existen hábitos que puedan ayudar a prevenir el cáncer de mama?
Sí. Si bien no hay una forma 100 % efectiva de prevenirlo, algunos hábitos reducen considerablemente el riesgo:
- Alimentación equilibrada
- Actividad física regular
- No fumar
- Disminuir el consumo de alcohol
- Dormir bien y reducir el estrés
Estas prácticas no solo benefician la salud mamaria, sino el bienestar general.
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