Nueces, almendras, avellanas, castañas de cajú, pistachos, entre otros, representan una fuente natural de nutrientes esenciales, ricos en grasas saludables, proteínas, vitaminas y minerales. Aportan a nuestro organismo magnesio, calcio, zinc, fósforo, potasio, omega-6 y omega-3, además de vitaminas del complejo B y vitamina E. 

¿Qué beneficios aportan a nuestra salud?

• Favorecen el buen funcionamiento del sistema nervioso y la memoria, y evitan el deterioro cognitivo. 

• Ayudan a mantener el colesterol total y el colesterol LDL (“colesterol malo”) en niveles óptimos, previniendo enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares.

• Contribuyen al aumento del colesterol HDL, conocido como "colesterol bueno".

• Tienen efectos antioxidantes. 

• Favorecen la salud ósea. 

• Facilitan el tránsito intestinal y previenen el estreñimiento.

¿En qué momento del día conviene consumirlos?

No hay un momento específico del día que sea mejor o peor, sino que todo depende del hábito y las necesidades alimentarias de cada persona. 

Los frutos secos son extremadamente versátiles y pueden incorporarse fácilmente en tu dieta cotidiana. Se pueden disfrutar solos o como un snack saludable, combinarse con frutas frescas, agregarse a ensaladas, yogures, cereales o batidos, o utilizarse como ingrediente en diversas recetas de platos principales o postres. 

¿Qué cantidad es recomendable ingerir?

Debido a su densidad calórica, se recomienda consumirlos con moderación (entre 15 y 30 gramos al día, lo que equivale a la cantidad que entra en un puño mediano). Es importante tener en cuenta que, como proporcionan una cantidad significativa de calorías en un volumen relativamente pequeño, en personas con sobrepeso se deberá ajustar esa cantidad y balancearla con otros nutrientes.

Al margen de estas recomendaciones, el consumo de frutos secos es beneficioso para todas las edades, sobre todo, para aquellas personas con cansancio crónico o quienes practican algún deporte, mientras que deben evitarlos las personas que son alérgicas y los niños pequeños, por peligro de atragantamiento. 

En resumen, incorporar frutos secos en tu alimentación dependerá de tus preferencias personales y de cómo se adapten a tu rutina. Lo más importante es incluirlos de manera equilibrada para aprovechar al máximo sus beneficios para la salud y el bienestar integral. 

Fuente: 
Equipo de Nutrición y Educación Alimentaria, Secretaría de Agroindustria de la Nación.