Diabetes: ¿puede desatarse por el estrés?

En el Día Mundial de la Diabetes te contamos qué efectos tienen las situaciones estresantes en el nivel de glucosa de nuestro organismo y qué medidas se pueden tomar para prevenirlas.\n

Existen múltiples causas que pueden desencadenar la diabetes, como la herencia, la edad, el estilo de vida y los factores ambientales, entre otras. Algunas son más cuestionadas y su importancia difiere según el país y las características de su población. Sin embargo, hay un factor de riesgo que suele pasarse por alto y que tiene una estrecha relación con la diabetes: el estrés.

 

Se trata de una reacción física y mental a un peligro real o imaginario que hace que nuestro cuerpo actúe a la defensiva y desencadene una respuesta llamada adrenérgica. Las fuentes de estrés pueden ser situaciones que parecen imposibles de controlar, tanto físicas (lesiones o enfermedades) como emocionales (problemas con la pareja, el trabajo o las finanzas). Para lograr escapar de esta amenaza, el organismo se prepara para entrar en acción: libera adrenalina, intensifica ciertas funciones corporales y disminuye otras, lo que permite poner gran cantidad de energía almacenada -glucosa y grasa- a disposición de las células. De esta manera, los niveles de insulina caen y aumentan los de azúcar y adrenalina disponibles en el torrente sanguíneo. 

 

¿Cómo puede ser dañino el estrés?

 

Si el estrés es sostenido en el tiempo, no solo aumenta el nivel de glucosa en sangre de manera rápida y considerable al entrar en acción el mecanismo de defensa, sino que induce una alimentación inadecuada rica en productos con índice glucémico elevado, que empeora la situación.

Por lo tanto, se tenga diabetes o no, puede perjudicar nuestra salud porque desgasta mucho el cuerpo ya que afecta prácticamente todas las funciones corporales: el corazón late más rápido, aumentan el pulso y la presión arterial, tiene un impacto negativo en muchos órganos y sistemas (inmunitario, digestivo, renal y reproductivo, entre otros), produce emociones negativas y tiende a perjudicar la memoria y la toma de decisiones.

Así, el estrés frecuentemente descompensa a las personas diabéticas y, en aquellas predispuestas a la enfermedad, puede precipitar su inicio (debut diabético).

 

¿Cómo reducirlo?

 

La mayoría de las personas tiene síntomas de estrés alguna vez en su vida: trastornos en el sueño, cambios en el apetito o en el peso corporal, irritabilidad o tensión muscular, dolores de cabeza, rechinamiento de los dientes, ansiedad, tristeza o episodios de llanto, entre otros. Lo bueno es que existen muchas formas de disminuir los momentos de intranquilidad y la mayoría de ellas comienzan con mantener un estilo de vida equilibrado y saludable, y con tomar conciencia de lo que pasa en nuestro organismo.

 

5 maneras de enfrentar y reducir el estrés

 

El estrés no debe ser visto solamente como algo malo, sino que también puede tratarse de una oportunidad para comprender que hay algo que no está funcionando bien en la rutina y que debe modificarse. Estas son 5 maneras de enfrentarlo y reducirlo:

 

(1) Cambiá tus hábitos. 

 

Es una de las primeras medidas que pueden tomarse para reducir este tipo de situaciones. Por ejemplo, si el tráfico te altera, podés buscar una ruta alternativa. O, si tenés una mala relación con algún amigo o pariente, asumir la iniciativa para buscar una reconciliación puede mejorar las cosas.

 

(2) Aprendé a relajarte.

 

Tomarse las cosas con calma es vital para eludir situaciones estresantes. También lo son las técnicas de relajación, pero para que sean útiles es necesario buscar el momento para practicarlas todos los días. Los ejercicios de respiración son un buen ejemplo: sentate e inspirá profundamente y, luego, exhalá y relajá los músculos al mismo tiempo. Es recomendable hacerlo durante un lapso de entre 5 y 20 minutos.

 

(3) Reemplazá pensamientos negativos por positivos.

 

Pensar en algo que te haga bien o recordar un buen momento vivido puede mejorar tu ánimo. También, adoptar algún pasatiempo que disfrutes o hacerte un tiempo para divertirte y despejar la mente a diario.

 

(4) Realizá ejercicio.

 

La práctica regular de actividad física contribuye a distender el cuerpo y la mente: caminar, correr, bailar -o simplemente moverse con música-, andar en bicicleta, jugar al fútbol, al vóley o a otra disciplina en equipo son algunas maneras de combatir el estrés a través del deporte.

 

(5) Alimentate en forma saludable.

 

La ingesta de ciertos alimentos también puede reducir el estrés. ¿Cómo? Existen algunas comidas y bebidas que contienen antioxidantes, que son los encargados de luchar contra los mediadores de inflamación de las neuronas, que se liberan ante situaciones traumáticas (radicales libres y otras moléculas responsables del daño celular).

 

Más allá de la forma que elijas para relajarte, la constancia es clave para aprender a controlar las situaciones de intranquilidad y ayudar a que el organismo mantenga un estado de salud óptimo, no se precipite un debut diabético ni se pierda el control de una diabetes ya instalada.

 

Fuentes:
- Ministerio de Salud de la Nación.
- Asociación Americana de Diabetes.
- Universidad de California.