Cerebro productivo en tiempos extraordinarios: tips para una mejor calidad de vida

Junto a la Dra. Rosana Gogorza, te invitamos a conocer el impacto de los cambios que la pandemia produjo en nuestro cerebro y algunas sugerencias para lograr una mejor calidad de vida.

En este último tiempo, nuestra vida y rutina cambiaron por completo. Las formas de trabajar, de comunicarnos y de relacionarnos ya no son las mismas. Y esos cambios fueron generando modificaciones -imperceptibles- en nuestro cerebro.

Pero… ¿de qué hablamos cuando hablamos del cerebro? Nos referimos a un órgano que, a diferencia de la mente -en la que nuestros pensamientos y emociones interactúan de forma permanente-, se puede tocar. Por eso, es importante saber cómo funciona, cómo es su origen y su estructura. 

En esta nota, de la mano de las neurociencias y de la especialista Rosana Gogorza, te invitamos a conocer más sobre los cambios que la pandemia produjo en nuestro cerebro y algunas sugerencias para lograr una mejor calidad de vida y un mayor rendimiento. 


Cómo es nuestro cerebro

Está conformado por distintas partes y todas de igual importancia. 
  •  El cerebro reptiliano es instintivo, siempre está activo y actuando cuando respiramos, en cada latido de nuestro corazón, y hasta cuando nos alimentamos. 

  • El cerebro límbico es nuestra parte emocional y de percepción no consciente. Influye en las emociones, en el aprendizaje, en la memoria y en el estrés.

  • El cerebro neocortex es nuestra parte racional. Realiza cinco acciones en simultáneo: comprende, memoriza, recuerda, inhibe y decide. 
  • Y, por último, la corteza prefrontal coordina la información que proviene de las otras partes de nuestro cerebro.
 
Podemos decir que  somos cerebro, mente y cuerpo que interactúan en forma permanente. La conjunción de nuestros pensamientos y emociones actúa directamente sobre nuestro comportamiento.
 

Cómo lograr un mayor rendimiento 

Muchas veces terminamos muy cansados al final del día y no es tanto por lo que hicimos, sino por cómo lo hicimos.  Planificar y ordenar nuestra jornada puede ayudarnos a vivir mejor y a lograr un mayor rendimiento de nuestro cerebro. Además, al disminuir  preocupaciones, aumentamos nuestra eficiencia y, sobre todo, nos cansamos menos.

Ante una misma situación, nuestros cerebros responden de una manera diferente.  El estrés es un fenómeno enteramente personal y de defensa. Es necesario y es la manera de evitar el peligro. El problema ocurre si  se vuelve crónico. Cuando esto pasa, empieza a traer problemas en nuestro cuerpo.  El aumento de cortisol permanente hace que suframos algunas dificultades, como disfunciones en el ciclo menstrual o alteraciones de los niveles de azúcar en sangre. Y esto hace que nos enfermemos más. 

En estos tiempos, vivimos realizando multitareas pero nuestro cerebro no está preparado para eso y hacer varias cosas a la vez le genera una alteración. Por ese motivo,  es importante escuchar a nuestro cuerpo, saber con qué recursos contamos y qué podemos hacer para poder disminuir el estrés. 
 


Tips para una mejor calidad de vida

Gogorza nos sugiere  algunos puntos importantes a tener en cuenta en nuestro día a día:


Mantener la mente en el presente 

Vivir el momento, no pensar en el pasado o el futuro. La incertidumbre preocupa al cerebro.
 


Manejo del tiempo

Utilizar la técnica Pomodoro: realizar una actividad y mantener la atención focalizada durante 25 minutos y descansar durante otros 5 para distender la mente y volver a retomar la actividad con mayor energía.


Generar nuestro ambiente de trabajo

Tener un espacio determinado donde realizar nuestro trabajo y mantenerlo ordenado.Es importante dónde estamos sentados, cómo es la posición de nuestra columna y la luz que llega a nuestro escritorio.
 

Interesarnos más en lo que hacemos

Motivarnos día a día y transmitirlo a nuestros equipos de trabajo, también a nuestra familia y amigos.


Poner en práctica una respiración adecuada

Realizar ejercicios de yoga modifica nuestra neuroquímica cerebral y corporal.


Planificar nuestra agenda

Armar una hoja de ruta para evitar distracciones y gestionar mejor nuestro tiempo.
 


Ponernos alarmas para ir a dormir 

Organizar mejor las horas de descanso. Apagar los aparatos electrónicos y conciliar un sueño placentero ayuda a mejorar nuestra atención durante el día.


Escuchar a nuestro cuerpo 

Lograr un autoconocimiento y saber qué sentimos cuando sentimos. 
 
  

Fuente: Dra. Rosana Gogorza, médica especialista en Geriatría.