¿Qué significa comer sano?

¿Qué alimentos me conviene elegir y cuáles evitar? Existen hábitos simples que pueden incorporarse para alcanzar una mejor calidad de vida.

Alimentarse, además de ser una de las necesidades básicas del ser humano, constituye una de las actividades familiares y sociales más importantes. En la selección de los alimentos y la organización de las comidas influyen la historia, la cultura y el medio ambiente, además del gusto y las preferencias individuales.


Comer sano significa ingerir, en forma moderada, alimentos variados que proporcionen un equilibrio de nutrientes. Es importante elegir alimentos de origen vegetal, como cereales, legumbres, hortalizas y frutas, lácteos preferentemente descremados y carnes magras. Asimismo, se debe controlar el consumo de aquellos que contienen un alto nivel de grasas, azúcar y sal.

Muchas veces, la información escasa o errónea, la falta de tiempo y los malos hábitos pueden hacer que nuestra alimentación no sea la adecuada, propiciando así la aparición de enfermedades. Para evitarlo, es necesario incorporar hábitos saludables como los siguientes:
 

  • Comer despacio: el cerebro recibirá tanto señales químicas como visuales del hecho de estar comiendo y esto servirá para comer menos y digerir mejor.
  • Comer 4 a 5 veces por día: las colaciones son útiles para evitar llegar con hambre a las comidas. Además, generan una modificación favorable de la respuesta metabólica.
  • Evitar comer entre las comidas principales y las colaciones: esta costumbre fomenta la pérdida del control de lo que se ingiere. Además, suelen elegirse alimentos con alto contenido graso, de sal o de azúcares refinados, no propicios para el organismo.
  • No comer sin hambre: hay situaciones en las que por no desperdiciar la comida se ingieren alimentos innecesariamente. Por eso es recomendable utilizar métodos de conservación o disminuir la cantidad de lo que se cocina.
  • No comer por ansiedad: suele elegirse comida no muy saludable que, por lo general, no se disfruta y que no es beneficiosa para el bienestar propio.
  • Seleccionar: comer con moderación e incluir alimentos variados en cada comida. Hay seis grupos de nutrientes básicos que necesita el organismo: agua, proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Para obtener una dieta equilibrada, deben combinarse los alimentos según los nutrientes que contengan.
  • Tomar abundante líquido, al menos dos litros por día: evitar el consumo de gaseosas y bebidas artificiales, optando por agua y jugos naturales.
 
Además de la buena alimentación, es importante realizar actividad física regular, por ejemplo, caminar, andar en bicicleta o correr de 30 a 45 minutos, tres veces por semana. El ejercicio beneficia al estado del cuerpo e incluso al estado anímico. También contribuye a disminuir la presión arterial y a eliminar grasas; aumenta la capacidad pulmonar, la tonicidad muscular y la absorción de calcio en la estructura ósea.

Es importante considerar la incorporación de estos hábitos no solo como un cuidado para un momento determinado, sino como una constante que contribuirá a una vida más saludable.

 
Fuente:
Dr. Gustavo Kliger, MN 67999,
Médico Nutricionista Universitario.