Ponele ritmo a tus actividades y potenciá tu rendimiento

En esta nota, junto al Lic. Dante Aravena, te contamos cómo interviene la música en tu organismo, cuáles son sus beneficios y te brindamos 5 prácticas para disfrutarla más. 

La música está presente en todo lo largo de nuestras vidas: desde las primeras melodías en el intercambio comunicacional, hasta en el transcurso del desarrollo vital. Está en constante interacción con los ritmos propios de nuestro organismo presentes en los latidos del corazón, en la circulación de la sangre, en la respiración, en la voz y en los movimientos.

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Es un lenguaje puramente humano en el que confluyen muchos aspectos que involucran a las emociones, la mente, la forma de relacionarnos con nuestro cuerpo y los demás. Se puede transformar en una herramienta para estimular al organismo, para emprender alguna actividad o para disminuir el estrés.

Además, es una fiel compañera en momentos de gran importancia, incide en nuestro estado de ánimo e incluso nos ayuda a comunicarnos cuando no sabemos cómo expresar lo que sentimos. En esta nota, charlamos con el Lic. Dante Aravena y  te contamos cómo interviene la música en tu organismo, cuáles son sus beneficios y te brindamos 5 prácticas para disfrutarla más.

 

¿Sabías cómo influye en tu organismo? 

  • estimula todo tu cuerpo, 

  • te impulsa a desafiar tus propios límites y superarlos,

  • disminuye los niveles de tensión,

  • genera mayor bienestar a la hora de realizar actividades que requieran mayor esfuerzo.

 

Entre otros beneficios, también puede:

✔ producir alivio ante un cuadro de ansiedad

✔ regular síntomas conductuales,

✔ favorecer el desarrollo y el mantenimiento de las funciones cognitivas,

✔ promover la comunicación y socialización en los vínculos. 

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Conocé 5 prácticas para experimentar y disfrutar más de la música:

  1. Intentá dedicar un momento del día a escucharla y apreciarla, en lo posible, sin distracciones. 
  2. Cantá por placer, sin exigencias técnicas.
  3. Probá tocar un instrumento.
  4. Animate a bailar o movete libremente al ritmo de la melodía.
  5. Realizá caminatas diarias o actividad física escuchando la música que más te guste.

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Fuente: Lic. Dante Aravena, musicoterapeuta. M.N. 656. M.P. 246.