¿Sentís que a veces te levantás “ con el pie izquierdo”? ¿Te gustaría encontrar una forma de sentirte mejor en esos días? En esta nota, conversamos con la psicoanalista Leonor Torres Echenique sobre cómo identificar estos cambios y qué podemos hacer para sentirnos mejor.
¿Qué es el humor?
En líneas generales, el humor es una disposición del ánimo que oscila “ hacia abajo o hacia arriba” entre la alegría y la angustia. Si bien se ve afectado por estímulos internos o externos, es nuestra capacidad de adaptación y tolerancia a diferentes circunstancias la que nos permite mantener un equilibrio y un estado de armonía con nosotros mismos y la vida que nos rodea.
¿Por qué se producen los cambios de humor?
Son varios los factores que influyen en cómo nos sentimos. Está claro que los disgustos, las situaciones imprevistas o las preocupaciones sostenidas en el tiempo afectan nuestro estado de ánimo, pero también son las cosas buenas las que a veces nos despiertan sentimientos de angustia. No necesariamente aquello que nos hace sufrir nos desequilibra. Por ejemplo, una mudanza a un lugar que nos gusta o ser padres o madres, puede alterarnos por la tensión que nos genera, aunque deseemos que eso suceda.
¿Cómo podemos detectarlos?
El primer paso es poder identificar que existe un desequilibrio. Para esto, es fundamental tener en cuenta la mirada del otro. Nuestros amigos o familiares suelen ser grandes aliados para descubrir que algo nos está pasando: “ estás diferente” o “antes no reaccionabas así” son frases que pueden darnos un alerta de que algo no anda bien. Otros indicios son la sensación de angustia permanente, dormir mal, que las tareas diarias nos requieran más esfuerzo de lo normal, estar muy intolerantes o “ pasados de rosca”.
Claves para mejorar el humor de manera saludable
Pasar el foco de lo negativo a lo positivo a través de la conexión con nuestro cuerpo.
Muchas veces tenemos problemas que nos exceden y no podemos resolver. Lo más conveniente es no poner la energía en algo que no depende de nuestras acciones y trasladarla a actividades que nos hagan sentir mejor y estén conectadas con nuestro cuerpo:
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Hacer algo que nos gratifique, como salir a caminar o andar en bicicleta.
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Realizar actividades que nos despejen la mente, como cocinar o escuchar música.
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Socializar con otras personas, no para hablar de nuestros problemas sino para disfrutar del encuentro.
El manejo del tiempo.
Pensar constantemente en el futuro o lamentarse por el pasado puede desequilibrarnos, porque son situaciones que escapan a nuestro control. Al no estar conectados con el presente, estamos mucho más en riesgo de alterarnos. Por eso, es importante recordar que lo único en lo que podemos influir es en el presente.
¿Cuándo debemos consultar a un profesional?
Cuando esos cambios en el humor generan una desarmonía entre nuestros proyectos y no poder llevarlos a cabo. Si sentimos que ciertas conductas que tenemos nos impiden hacer una vida normal y que no lo podemos manejar, lo recomendable es recurrir a un terapeuta o profesional de la salud mental.
De la unión del ingenio y el amor, nació el humor.
Fuentes: Leonor Torres Echenique. Psicoanalista especialista el adicciones.