Se trata de una infección viral que con frecuencia causa ampollas tanto en la garganta, como en la boca, en las manos y en la zona del pañal. También puede generar fiebre durante algunos días. Por lo general los síntomas desaparecen después de una semana sin dejar secuelas en los chicos.
Al principio, pueden parecerse a los de una gripe y aparecen aproximadamente a los cinco días de haberse contagiado el virus.
Es importante estar atento a la aparición de los síntomas y realizar una consulta médica para saber qué tratamiento realizar.
Por contacto con las secreciones de la nariz, boca o las heces de una persona infectada. Otra forma de contagio es por tocar objetos o superficies que hayan estado en contacto con el virus (juguetes, ropa y otros objetos). Resulta difícil evitar el contagio ya que los chicos durante sus primeros años, suelen compartir juguetes, darse besos y abrazos lo que facilita la propagación del virus.
No existe una vacuna o tratamiento específico, pero se pueden tomar medidas que ayuden para aliviar los síntomas:
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