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Violencia de género: cuando lo invisible también deja huellas

Escrito por OSDE | 20/11/25 18:55

Cuando la violencia no deja marcas visibles

La violencia de género doméstica no siempre se reconoce a simple vista. A veces se disfraza de “preocupación”, de “celos”, de “formas de amar”, y se instala lentamente hasta alterar la seguridad, la autonomía y la salud emocional.

El control, la humillación, el aislamiento, la coerción sexual o la dependencia económica no solo limitan la libertad: también sostienen un nivel de estrés que agota el cuerpo y la mente.

Muchas mujeres viven en estado de alerta constante, con ansiedad, insomnio o culpa. Otras sienten vergüenza, confusión o una tristeza que cuesta nombrar. Cada historia es única, pero todas dejan huellas que merecen ser atendidas y acompañadas.

 

La salud mental también se resiente

El impacto emocional de la violencia puede manifestarse de distintas formas: angustia, irritabilidad, sensación de estar atrapada, pérdida de interés por lo cotidiano o miedo a tomar decisiones.

La violencia no es solo un hecho puntual, sino un proceso que erosiona la autoestima, afecta el sueño, los vínculos y la forma en que una persona se percibe a sí misma. Con el tiempo, puede derivar en depresión, trastornos de ansiedad o estrés postraumático.

Reconocer las señales es clave: cuando una mujer empieza a sentirse vigilada, desvalorizada, silenciada o atemorizada, algo de su bienestar está siendo vulnerado.

Señales de alerta

Suele comenzar con pequeños gestos: un comentario que hiere, un límite impuesto, una revisión del celular, una decisión que ya no se puede tomar sola. Son señales que pueden parecer sutiles, pero con el tiempo configuran un patrón de control, manipulación o sometimiento.

Estar atenta a estos signos —propios o de alguien cercano— es fundamental para poder actuar a tiempo y buscar ayuda.

 

Acompañar desde la red cercana

Acompañar no es intervenir: es simplemente escuchar, creer, sostener sin juzgar.

Si una persona cercana atraviesa una situación de violencia, ofrecer contención emocional y contactos útiles puede ser un primer paso. Respetar sus tiempos y decisiones es tan importante como recordarle que no está sola.

También es valioso ayudarla a conservar evidencias, mantener la calma ante una emergencia y acompañarla, si así lo desea, a buscar apoyo profesional o institucional.

 

Dónde pedir ayuda

📞 Línea 144: atención, contención y asesoramiento las 24 horas, todos los días.
🚨 911: ante una situación de emergencia.
🌐 En la web oficial de la Línea 144 podés acceder al mapa de centros de atención más cercanos.

 

Hablarlo también es cuidarse.

La violencia afecta la salud física, emocional y social, pero pedir ayuda puede transformar una historia.

Este 25N, recordá que la empatía, la escucha y el acompañamiento también ayuda.